martes, 12 de abril de 2011

Comunicación y soluciones

Comuniquemos bien, con propiedad, con sosiego. Nos ha de valer todo cuanto hagamos. Los finales han de servirnos para las nuevas historias que nos han de señalar qué formular. Vayamos tranquilos siempre que podamos. Por intentarlo que no quede.

Debemos ofrecer los ánimos que nos incluyen en los procesos que nos aclaran qué es lo que podemos llevar a cabo. Sintonicemos con las llaves que otros portan para que aprendamos cada día. Seamos un poco más sensatos.

Aclaremos las dudas sin dejar que pase un excesivo tiempo. Renovemos las actitudes y las iniciativas para que observemos con pujanza todo lo que tiene mérito y valor. Contratemos las ideas que han de engrasar los apuntes que nos salvarán de una rutina cansada.

Conozcamos con adelanto lo que puede suceder. Las previsiones han de incluirse en planteamientos que nos serán puros vuelos que solucionarán las dudas de lo esférico, que lo es por repetido sin riesgo.

Aseguremos las paciencias como bases para poder contemplar con perspectiva las salidas de algunos cierres espirituales que nosotros mismos nos provocamos. No exijamos más de la cuenta. Demos lo que podamos, e iremos recogiendo paulatinamente las mieles más apetecibles dentro de esos procesos que, comunicando, solucionan muchas dinámicas hasta ahora inalcanzables o no comprensibles. Hay respuestas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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