Te contaré mi experiencia, cargada de buenas intenciones, y espero que de mejores resultados. Si no, lo intentaré de nuevo. Ésa es la vida.
Juzguemos lo esencial para no dispersarnos constantemente. Hemos de sugerir consecuciones que nos transporten donde todo tenga algo de sentido. Puede que no demos con la secuencia de la felicidad, pero hemos de procurar algunos tramos. Tengamos paciencia.
Sorprendamos a cuanto nos regala una dosis de buenos instantes con los que asumir los retos del futuro. Hemos de atender nuestro interior. Aparecerá esa etapa increíble que elucubramos cuando éramos menos ciegos.
Los elementos que consideramos básicos no nos pueden faltar. Hagamos con honor lo que nos destaca con una presencia leal.
Nos hemos de insuflar las recetas más mágicas, siendo en la dicha del conjunto, y no únicamente en la propia. Así todo marcha.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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