Refrendas el día,
lo validas,
con un tono de amor
que nos engancha
a cuanto fuimos
desde algunos porqués
que todo lo merecen.
Hemos hallado pruebas
de una felicidad
a la que tenemos derecho
desde la misma emoción,
y puede que desde un poco más.
Refrendas,
y me haces ser,
y soy dichoso por ti.
Lo reconozco sin rodeos.
Mi gratitud será eterna.
Juan T.
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