Es él, sí,
o
ella,
es
el mar,
el
nuestro,
o la
mar,
nuestra
también,
Nacimos
de
él, de ella,
de
su quehacer,
de
su amor,
de
sus tempestades,
de
su pasión,
de
su colorido,
de
su agua,
fuente
de vida,
con
su sal
que
es fuerza.
Lo
tenemos ahí,
a
él, a ella,
que
nos baña,
que
humedece
las
partes de una existencia
que
se hace todo
en
sus esencias,
con
sus composiciones perfectas.
Es puro
origen
en esta tierra murciana,
como
en otros sitios,
aunque
aquí lo perciba con más nitidez,
a
él, a ella,
como
especial,
que
lo es de veras.
Voy
permanentemente a su encuentro
abriendo,
cerrando,
y
abriendo de nuevo
el
ciclo de la vida.
Es
mi mar: él, ella.
Juan Tomás Frutos.
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