Nos conminamos a seguir por la senda del aprendizaje. Nos somos en un baño de esperanza. Nos cuidamos.
Hemos de aprender a amar y a ser amados desde el prisma de la realidad misma. Nos agotamos. Hemos tomado parte.
La virtud mueve montañas y puede que algo más. Nos debemos a las causas benditas. Nos dejaremos aprender.
Los informes de los años mozos han de unir la fase de la esperanza al estadio de la potencia. Nos tocaremos más y mejor.
Nos hemos de aficionar a las consideraciones que suman y nos permiten seguir. Hemos de pulsarnos para amar y ser amados.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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