Dime que la sonrisa
lo es todo
en este ensueño
que es el territorio común.
Tócame.
Nos presentamos
en el punto donde se enlazaron
nuestros ancestros, que suponen
cuanto somos para decidir
una parte del presente y del futuro.
Las otras laderas penden de nosotros,
que nos reseñamos
con el contento y la sonrisa
en forma de pretensiones decisivas.
Cuéntame el valor
de lo que tenemos,
y, sobre todo, de lo que no poseemos,
de lo que no advertimos,
de cuanto aparece en un horizonte
que se aleja y embriaga.
Tócame otra vez.
Dime lo que puedas,
y te diré más y más.
Seguro que hay un sueño común.
O más que eso.
Juan Tomás
Frutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario