De pronto
lo captamos. A veces lo reconocemos, esto es, palpamos, percibimos lo que
acontece, y en otras oportunidades lo dejamos ir por la senda del interior. Los
vuelos son dispares, y en ocasiones vamos demasiado a ras del suelo para notar
lo que es esencial. El caso es que siempre hemos pensado que se nos escapan
cosas y personas muy interesantes en nuestras relaciones desiguales. No
obstante, hemos de movernos en una mejor dirección.
Durante
mucho tiempo hemos considerado que no había valentía, o ben que ésta se
sustentaba en el disparate, o puede que estimáramos que no se hallaba en el
ámbito adecuado. La ponderación de la belleza y del aprendizaje es relativa.
La
fortuna ha sido generosa. Ahora te veo a ti, icono anónimo. Has crecido en un
mundo sin medida. Te has curtido en trances que nos han invitado a ignorar. El
coraje es tu divisa, pero no siempre la hemos descubierto. Lo sabes. Ha sido
peor cuando creíamos conocerte. Como el iceberg, la masa más relevante está
fuera de nuestra vista.
Dicen que
la vida es perseverancia: aludimos a lo que algunos llaman voluntad. En verdad
precisamos de empuje y de tesón para que salgan las cuestiones básicas en las
que creemos. Hay que saber esperar. La tolerancia, la aceptación del destino,
es igualmente crucial.
Has
surgido. Procuras, sí, tú, un acopio de entereza. Te haces caso a ti mismo. Vas
hacia delante, y no como huida, sino como óptima opción de existencia. Puedes
mucho, desarrollas más y más.
Por todo
ello te subrayo que nos sentimos orgullosos de tenerte. Justo es que lo
digamos. Los valientes nunca andan solos, y yo, en mi humildad, quiero ser uno
de ellos, aunque esté a años luz de ti.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario