Hay muchos caminos. Aunque dicen que todos nos
llevan a Roma, no es verdad, al menos no te portan en el tiempo y el espacio
que querríamos en un cierto momento de nuestras vidas. Leo sobre el certamen “Camino hacia las ventas”, esa pugna por mejorar y por conseguir el
reconocimiento ya en unas edades muy tempranas. Me alegra saber que la
sapiencia y el talento de un murciano le han ubicado en unos puestos
interesantes, si bien el “salto” ha quedado para otra ventura, que
indudablemente se producirá.
Gustavo Flaubert decía que nos pasamos la vida entre el demasiado
pronto y el demasiado tarde. En ese sentido, las escuelas acompasan los ritmos
para enseñar las pertenencias, las vinculaciones, las opciones, las verdades de
los encuentros que tienen motivación cuando lo son con la Naturaleza, como dice
el Desiderata. Es el caso de las de
Tauromaquia.
Veo la foto de
José Nicolás, que se ha quedado a
las puertas de un triunfo que le subiría a la cima de los elegidos, y entiendo,
por su semblanza de satisfacción, que sabe que nada se consigue a la primera,
y, cuando así sucede, no siempre es lo óptimo que puede pasar. Las dificultades
nos hacen crecer y entender el verdadero valor que nos conduce al éxito: la
voluntad, el espíritu de sacrificio.
La vida es un
conjunto de saberes y de experiencias que permiten asumir que somos capaces de
modificarnos y de transformarnos para subir peldaños. Apostar por los más
jóvenes, dándoles oportunidades que nos equilibren, es un compromiso y una
necesidad. Éste es uno de los caminos del futuro. Hay más. Intentemos que no se
cierre ninguno, y, si es posible, que se agranden todos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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