Preñas el día de emociones,
y con ellas te fundes
con el primer universo,
ése que viene de la verdad.
Nos hemos prestado caricias
que divulgan el concepto
de la amistad, del amor,
de la primigenia certeza
que contrasta las versiones
de otros, callados ellos,
en los que no deseamos creer.
Hemos de expandir
esos estándares
que muestran el anhelo de la victoria
y puede que un poco de memoria,
pero no van más allá.
No precisan altivez.
No precisan altivez.
Hemos de estar atentos
y recibir con valentía
lo que nos somos en verdad.
Busquemos los colores favoritos
y seamos con habilidades
que nos provoquen bienestar.
No saturemos
con reglas de oro
que pregonan sensaciones
que han de ser de todo
menos extrañas,
pues sabemos que podemos.
La existencia nos rodea
con sus diestros brazos.
Hemos resuelto dudas,
pero lo cierto es que regalamos
tantas incógnitas
que lo nuestro, con juego,
es un eterno empezar.
La vida nos trae un vale.
Lo que éste contenga
lo pones tú.
Prueba.
Juan Tomás Frutos.
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