Canto a tus deseos
y en ellos cortejo
las raíces más profundas
de un amor hermoso,
único, realista.
Nos configuramos
a imagen y semejanza
de una era
que nos regala
emociones y justicia,
sinceridad y creencia
en el futuro societario,
también en el individual.
Tenemos valores absolutos
que convertimos en relativos
y nos movemos
con las inspiraciones oblicuas
que superan toda red
que trate de detenernos.
Es el momento.
Los hechos
se convierten en sueños,
y con ellos viajamos
hacia un infinito
que me une a ti
por todos los costados.
Cantamos
y vinculamos los instantes
de pasión
a las verdades que justifican
los caminos que explican
los tiempos y los modos
que compartimos.
Son nuestros.
Hemos indicado
esas veredas mágicas
que nos propusieron
no esperar,
y ahora decimos
que todo es posible,
y, sin duda, lo es.
Hay mucha alegría.
Es aquí.
Juan
Tomás Frutos.
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