No acumulemos más de la cuenta. Acostumbrarnos a soltar
lastre es garantía para no ser egoístas, al menos no en exceso. La avaricia
provoca mucho daño y genera una ingente pena. Los hábitos nos hacen: los buenos
y los malos. Procuremos los mejores. Este día es una oportunidad para demostrar
que lo que decimos son más que palabras. Es aconsejable no querer mudanzas
drásticas que, por sus premuras y por ambiciosas, no suelen funcionar.
En paralelo, transformemos las miradas,
sus ópticas. A veces, pensémoslo, hay que alejarse de los pozos de los
deseos. No olvidemos que son pozos y que, además, pueden concederlos.
Asimismo, es posible que nos convenga arriesgar, así que, entonces, no me hagan
caso. Ponderemos según el contexto.
Los días, imagino que todos, se presentan como símbolos
de fe, que equivale a esperanza. Ésta lo puede todo, todo lo es. Nos justifica
cada jornada. Podemos superar, gracias a ella, los obstáculos, sean cuales
fueren, con esperanza en el presente, más que eso, en el mañana.
Lección de vida
No hay más lección de vida que ésa: somos, si somos algo,
esperanza, la cual se entiende como equivalente a la felicidad, que únicamente
se consigue en comandita, en sociedad.
Siempre que penséis en vuestras existencias, meditad
sobre el concepto de esperanza, que debéis hacer realidad. Tened fe, seguid,
continuad, sacando fuerzas de donde parece no haberlas. Con esa actitud, todo
podréis.
Me sentiré tranquilo de que así sea. No os puedo desear
nada mejor: la fe, como constatáis, mueve montañas. Las moveréis. Además, no
olvidéis que no siempre crecer es una cuestión de altura. Lo esencial no se
registra en lo superficial.
Juan Tomás Frutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario