Doma el
destino, que se advierte especialmente salvaje con él. Quita las nubes a un
temporal que espanta a un tipo medio, pero él no lo es. Se considera normal,
pero, al mismo tiempo, es sobrenatural. Toma los vientos del futuro. Es un
avanzado. Le gusta, aunque a veces no es consciente, la vanguardia.
Ha aprendido a amar en la soledad. Sabe de la
distancia que es olvido cuando no hay éxito. Se ha jugado, y aún lo hace, el
todo por el todo. En cuanto a resultados ha cosechado variedad. Se ha formado
en valores. Percibe la relatividad del gozo.
Se queda embelesado con la anécdota, que eleva a
categoría. Es humilde. Es pura magia en el desierto que, en él, no sabe a
sequedad ni mucho menos a derrota. Encuentra la fuente de la vida en todas las
partes. Para ello, por supuesto, arriesga. Es innovador.
Traspasa las fronteras con un aire primigenio que
capta las esencias de cuanto vino por unos lares que juegan a lo sempiterno. Ha
sido y será. Nos regala melodías poéticas. Pone el cuerpo y el alma al unísono
para enfrentarse a los fantasmas, y con ellos crece. No todo el mundo lo
entiende, pero, por lo que veo, no parece preocuparle en la plaza. ¿Y a ti?
Juan TOMÁS FRUTOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario