Nos insistimos
con los pasos ardientes
que nos imprimen carácter.
Nos regulamos,
nos reponemos,
nos volvemos,
nos preguntamos,
y seguimos
como si todo tuviera un sentido.
Puede que sea así.
Puede que nos quede mucho
que compartir
tras esta insistencia
que iremos provocando
con prudencia y dulzura.
Hay, por lo que veo,
muchos pasos pendientes,
muchos ardientes,
muchos.
Juan T.
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