Nos preparamos para dar con los toques maestros
que nos indicarán que todo es posible en la realidad que nos circunda. Nos
exponemos al bien y al mal, sabiendo que al final ganaremos. No hay pavor.
Hemos de proponernos con ese ideal maestro que
nos alimentará en el entreacto maravilloso de la vida, que nos debe envolver de
parabienes maravillosos. Imagina, por favor, que el mundo mejora, y haz todo lo
posible para que ése sea el itinerario.
Somos muy capaces en los inicios y en los
finales. Hemos de intentar que también ocurra lo mejor en los trechos
intermedios. Hemos gestionado mucho hasta ahora. Lo importante es que siempre
nos saquemos provecho en el buen sentido. Continuemos. Apartemos lo
sobrante.
Cuestionemos lo que nos sucede con premisas
maravillosas que nos colocarán en el umbral del sosiego. Apostemos por la vida.
No apaguemos la luz de las entrañas.
Los eventos de antaño han de regular los
movimientos de ciertos eventos hermosos, que no deben girar tan rápido en
algunas oportunidades. Multipliquemos lo loable. Tenemos mucho coraje en el
interior. No permitamos que apaguen nuestras luces. Abriguemos las esperanzas
de los ancestros. Pidamos coraje.
Hemos de dejar sonar las elucubraciones de una
noria que nos ha de envolver de pasión. Nos hemos de quitar el equipaje pesado.
Vivamos con entusiasmo. No lastimemos el presente, y menos aún el futuro.
Podemos ganar mil batallas. Así será.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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