Nos presentamos al día
con las manos limpias,
vacías, sin expectativas excesivas,
intentando aprender y compartir.
Nos rozamos con los primeros instantes
y de manera callada nos decimos
que funcionará nuestra relación
porque no busca ser perfecta.
Precisamos aire y verdad,
que iremos empleando y mejorando
sin prisa, sin pausa también.
Nos presentamos al día.
Tras un hola y un café
salimos por un poco de la tarta
que nos aguarda.
Seguro que está buena.
Juan T.
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