Voy deprisa
hacia ti,
intentando
que el despiste
que me puede
no llegue más allá
de tu mirada.
Me discutes
lo esencial.
Ya no me importa.
Me considero derrotado
mientras me sitúo
en esa parte
que no es mía.
Me cautivaste
un buen día,
pero queda muy lejos
ese momento
que consideré
de paz celeste.
Cambió el color
de nuestras vidas.
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