lunes, 1 de septiembre de 2008

Me sana tu perfume

No me convoques a ese sitio donde nada tiene sentido. Te lo he dicho muchas veces. No te canses más: ahórrate un poco de tiempo.

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Me inclino hacia ese cuerpo que me sube la adrenalina con imposiciones y deseos. Te sugiero no volver a empezar.

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Llamo tu atención para dirigirme protegido por tus ojos, que tanto me indican.

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Me decido a aspirar ese aroma que me hace olvidar cualquier equívoco. Tu perfume me sana.

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