jueves, 25 de septiembre de 2008
Sorprendido y perplejo
Me reconvienes con una promesa de amor que nos lleva encendidos y con la incertidumbre en el frontispicio de la misericordia. .... Hablo de tu ser, converso del mío, me las apaño como puedo, y empiezo de nuevo. .... Me ofertas esa ocasión que es escapada. Hemos influido en un entorno que ya no avisa de caídas tremendas. .... Me comporto como un niño sorprendido por la amistad no correspondida. Perplejo, me vuelvo.
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