Contamos los sentimientos
a pares, a borbotones,
y nos adecuamos
a esa norma esperable
que consiste
en cambios primerizos.
Mostramos insistentes enfados
que nos reglan
con acuerdos frenados
desde cualquier consideración.
No damos a entender
nada nuevo y original.
Siempre ha habido una base
que se ha quejado
de la inseguridad que rodea
a los amores en cuanto surgen.
No hay primeras lecturas
cuando las cautelas
no han sido tomadas.
Si se tomarán, amiga mía,
ya no habría oportunidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario