Miradas contemplativas en tres tercios

Ilusión por ti

Tengo todo lo que deseo
en esta nueva escuela
que eres tú,
una de las personas
que más quiero
en este mundo y otros.

Dedico mi ser
a aprender a quererte,
y consigo ver
en todo lo que es tuyo
la diferencia
que me hace apropiarme
de todo cuanto soy.
Aprendo de tu mirada.

Me esfuerzo
en las flamantes caricias
que me disponen
con la paz que previene
con insinuantes
cercanías en forma
de cuentos ilusionantes.
Me narras buenos deseos.

Nos bebemos
el zumo emocionado
de cuanto es
con la carga de la vida
que todos los días
nos enseña
si miramos con fuerza,
empuje, razón
y altura de cariños.
Todo es ilusión por ti.

.........

Amor auténtico

Me tomo ese nuevo
elixir apasionado,
consentido, realista,
a la vez imaginado.

Elucubro posibilidades
de salir hacia lo cierto
con una ventaja añadida.
Hemos mirado
hasta ver que podemos
adecuarnos a la voluntad
que nos hará más felices.
Te debo mucho.

Nos sinceramos
cada mañana y cada atardecer
con los aspectos sonrojados
que nos previenen
con sentimientos hondos
y queridos, radiantes también,
que nos dictan
las normas no escritas
desde el corazón.

Hemos aplicado
un camino de inocencias
que nos distinguen
de otros pasatiempos
no tan entendibles,
aunque sí tentadores
por su visibilidad
en el amor a lo más auténtico.

Te digo que es por ti.

.........

A conciencia

Nos sorprendemos
por lo que sucede,
lo que es extraordinario y bueno,
pues atendemos
los requisitos amorosos
de una verdad
que nos añade pasos
que no dejaremos de dar.

Predecimos
que es una nueva entrega,
la nuestra, infinita ella,
que no se ha de extinguir jamás.

Aprendimos mucho juntos,
de pequeños-grandes,
y sentamos las bases
de una realidad
que ha de ensalzar
las mejores escenas
que hemos de repetir
con bondad y solidariamente.
Te tengo como lo más,
como referencia inequívoca
de lo que nos ha de entrenar
para amar con locura.

Los sabores a miel
de tus palabras
me dirigen a conciencia
hacia el portal colorista
del aprendizaje total.