viernes, 21 de mayo de 2010

Algunas reflexiones sobre cómo tratar las noticias medio ambientales

Con toda la humildad del mundo vamos a expresar algunas consideraciones y/o opiniones sobre cómo informar acerca de la generación de residuos y basuras y sobre cuestiones ecológicas o medioambientales en general. La idea es dar una serie de pautas que nos inviten a hacer un trabajo donde el respeto, la responsabilidad, la altura de miras, la variedad de pareceres y la búsqueda de soluciones a los problemas planteados sean las máximas con las que nos movamos en el desarrollo de estos trabajos periodísticos en particular. Todas las aportaciones serán bienvenidas. A continuación hacemos algunas reflexiones usando de presentación de las mismas una serie de palabras o de frases que consideramos tan emblemáticas como elocuentes.
Pensar en colores
Aunque la expresión es un poco atrevida, sí que defendemos que seamos capaces de pensar en ilustrar con colores, y no siempre en el sentido literal, todo aquello sobre lo que informamos, fundamentalmente cuando se trate de noticias de calado ambiental o ecológico, que siempre han de tener un componente humano. En este sentido, hay que buscar un atractivo responsable. Igual que las basuras se clasifican por colores, busquemos las significaciones semánticas que aportan el colorido en verde, por ejemplo, que nos trae esperanza, y en azul, que nos brinda paz y armonía.
Aboquemos, por lo tanto, por los contenidos en una secuencia de colores nominados o imaginados que hagan que la radiografía o el escenario planteado sea un argumento más del consumo de la información que estamos dando. En definitiva se trata de hacer atractiva la presentación.
Empatía
Empatizar supone ponernos en la piel del otro, o de los otros. Cuando hablemos de problemas ambientales, seamos consecuentes con los protagonistas, que son, lógicamente, de todo calado, e intentemos acercarnos a ellos y trasladar sus actuaciones e ideas a los receptores, con los que hemos de conectar también. Meditemos sobre aquellos ejemplos que llegan mejor, y digamos, asimismo, las cosas para que los niveles afectivos o de interés se desarrollen oportunamente y con una cierta mesura. Ponernos en el lugar de los otros ayuda en todo género de informaciones, y más aún si éstas versan sobre cuestiones o asuntos de atractivo societario y muy cercano en lo personal.
El futuro, a la vuelta de la esquina
Frecuentemente hablamos del porvenir como si éste no llegara. En cuestiones de salud, de biología, medioambientales, de reciclaje, de residuos, no hay medidas que debamos defender en exclusiva para el futuro. Éste ha de ser presente, pues hemos de considerar la responsabilidad de su mantenimiento y/o defensa como una dinámica actual que hemos de fomentar para corregir iniciativas manifiestamente negativas, así como fomentar una perspectiva coherente y de mejora en la persecución y en la búsqueda de un camino lo más adecuado posible. El futuro es ya (no lo olvidemos), y esa apreciación se ha de notar en nuestras informaciones sobre los residuos y su tratamiento. El constructivismo ha de ser una referencia cercana y amable. Tengamos en cuenta que todo va muy deprisa y que hemos de estar atentos ante los cambios que se producen.
La cercanía
Uno de los conceptos que más y mejor funcionan en comunicación es la cercanía. Opera en todos los casos. Con ella construimos la realidad de manera que interesa mucho más al ciudadano. Éste ha de ver con responsabilidad lo que sucede y, asimismo, ha de saber interpretar (y hemos de ayudarle a ello) lo que acontece con muestras de un lenguaje entendible y convergente en deseos y afectos. La ciudadanía debe enganchar con informaciones ambientales desde el sentimiento de que se trata de hechos o eventos que nos influyen a todos/as. La cercanía es un concepto que atiende a todos los códigos empleados y a su comprensibilidad desde los niveles racional y afectivo.
Responsabilidad
Hagamos todas las informaciones con responsabilidad. No procuremos el daño de manera gratuita. Ponderemos los derechos y las afectaciones que desarrollamos. Cualquier información ha de tener en cuenta el parámetro de la responsabilidad, pero, en este caso, incidiremos un poco más. Cuando damos cuenta de un mal comportamiento ciudadano también hemos de pensar en difundir aquellos que son más óptimos, y no sólo para compensar, sino también para mostrar que la realidad tiene más caras en su enorme poliedro. La responsabilidad en cuestiones medioambientales nos ha de llevar a intentar que la ciudadanía tenga un mejor comportamiento en este campo, así como hemos de contribuir a que los responsables de las Administraciones y de las empresas que laboran en este territorio tengan actitudes cada vez mejores.
Aprendizaje permanente
En materia medioambiental hemos de procurar, como periodistas, un reciclaje y una formación que debemos considerar permanente. Leamos todo lo que podamos, vayamos a las fuentes más autorizadas y procuremos conocer, desde el equilibrio, todo cuanto ocurre y cómo es interpretado por unos y otros. Las ópticas, cuando son complementarias, son más enriquecedoras, pero, para trasladarlas, hay que conocerlas previamente. Toca, pues, estudiar y analizar de manera constante.
Punto intermedio
Decía Aristóteles que en el punto intermedio está la virtud. Es cierto. La templanza y la mesura son bases de la razón y de la búsqueda de conexiones incluso en lo afectivo. No cometamos excesos, pues luego reparar los daños es muy complicado y requiere, para ello, mucho tiempo y esfuerzo. El medio ambiente, su reciclaje, su visibilidad… todo precisa una interpretación consensuada. Persigamos, cuando menos, la virtud, aunque sea un poco imposible llegar a ella al 100%.
El contexto
No se entiende la comunicación si no explicamos las circunstancias en las que nos movemos. Las condiciones y los condicionantes expresan las formas y fórmulas que hacen que se produzcan los procesos comunicativos. Articulemos las mejores maneras para que los mensajes se atiendan y entiendan. Esto quiere decir que, en el caso de las noticias, reportajes y entrevistas medio ambientales, deberíamos explicar el contexto que les envuelve, con sus pros y sus contras, dando cuenta de la evolución y de todo dato que nos permita una comprensibilidad mayor. No demos nada por sabido e intentemos arropar cuando sucede dando todos los antecedentes que, en cada caso, sean menester.
Las palabras y sus apreciaciones
Utilicemos bien las palabras. Éstas tienen un significado, o varios, y precisamente por ello hemos de ser precisos y claros en su instrumentalización. Demos las explicaciones que sean necesarias cuando las cosas no queden claras, o no lo suficientemente claras. Expliquemos, pues, los términos más oscuros o ambivalentes y tratemos de aludir a leyes, consideraciones y escenarios que contribuyan a un conocimiento diáfano y explícito de lo queremos denotar.
Superar la crisis
Las crisis, cuando se producen, no son sólo de tipo económico. También lo son en lo moral, en lo intelectual, a nivel de apreciación de lo que sucede. Hemos de procurar que los eventos, las iniciativas, las diversas actividades, etc., sean explicadas de manera que, con incluso un cierto deseo de que las cosas mejoren, contribuyamos a una mudanza sustancial, a una transformación seria y responsable. Podemos ayudar a superar las crisis con unos análisis coherentes y equilibrados, sin renunciar, claro está, a la crítica, siempre necesaria para el avance societario. Los asuntos medio ambientales son cruciales para la ciudadanía, y por ello hacemos un especial hincapié en la apreciación contenida en este apartado.
Optimismo, positivismo
El ser positivos ayuda a que las cosas salgan adelante. El optimismo, la alegría, el contento, sobre todo cuando los trasladamos en nuestra forma de ser y en nuestros lenguajes, contribuyen a que todo vaya de una mejor guisa. Las cosas salen bien, o un poco mejor, cuando la actitud es de creer en que ello es posible. Intentemos que en estas informaciones sobre reciclaje, residuos y tratamientos y realidades medioambientales se vislumbre ese positivismo que tanto mejora los resultados de cuanto queremos narrar y ofrecer a la sociedad. Como diría Popper, lo positivo es un cimiento para todo lo desarrollamos.
Ajustemos deseos: necesidad de concordia
El consenso, el pacto, es la base de un sistema verdaderamente democrático. No se trata de estar imponiendo desde el lenguaje o desde los hechos lo que piensa sólo una parte, fundamentalmente cuando hablamos de cuestiones sensibles como es la mejora y preservación del medio ambiente a través de un adecuado reciclaje de los residuos que generan las sociedades modernas. Todos tenemos que ver en ello, y todos debemos resolver lo más conveniente. Hemos de procurar amoldar los anhelos del conjunto, desde la base de que los acuerdos producen más continuidad en la aplicación de las posibles soluciones. La concordia ayuda en la mejora diaria de nuestras actuaciones, en este caso periodísticas. Tratemos de hallar esa intermediación.
Abramos ventanas
El campo comunicativo está lleno de posibilidades. Hay muchas teorías, muchas opciones, muchas miradas. Hagamos caso al corazón, y también al intelecto, y no únicamente al nuestro considerado de manera individual, sino a lo que manifiestan los demás. La amplitud y altura de miras han de ser referentes en nuestro trabajo periodístico, máxime cuando hablamos de informaciones medioambientales, de una extraordinaria sensibilidad.
No al silencio
El silencio nunca es rentable. Que no nos digan otra cosa. Puede haber situaciones excepcionales, pero incluso éstas pueden ser cuestionadas cuando las abordamos desde la no declaración de lo que ha pasado, de cómo lo vemos, de cómo ha podido acontecer. Atribuyamos, por supuesto, bien las fuentes. Es una tarea que dignifica a todos. En la medida de lo posible hay que explicar lo que pasa y por qué, y, a menudo, también el para qué. La mesura ayuda a llegar a más gentes. La palabra nos libera en la interpretación más amplia de cuanto significa.
Generar pro-actividad y retroalimentación
El proceso comunicativo no es pleno sin que se dé la retroinformación o retroalimentación. Hay que generar una pro-actividad, en este sentido, de los receptores, y, además, hemos de predicar con el ejemplo, con los modelos que vayamos hallando. Los emisores han de actuar con pro-actividad igualmente y han de procurar hacer las indicaciones precisas cuando los receptores así lo reclamen. En el caso de informaciones medioambientales la complicidad en el conocimiento, en el entendimiento, en el consenso mismo con la ciudadanía, como ya se ha subrayado, es básica.
Consejos: elegancia, brevedad, sencillez e ilustración
Los tradicionales consejos de ser breves, sencillos y de utilizar buenas maneras comunicativas funcionan y contribuyen a que el ciudadano sepa lo que ocurre y, cuando menos, conozca parte de los motivos. Hagamos que esos consejos sencillos permitan que las noticias y reportajes, y/o entrevistas que realizamos, también lo sean, también lo parezcan. Si el entendimiento es más alto, también será mayor la empatía.
Proceso dinámico
Las informaciones sobre el medio ambiente son, como ocurre en otras, procesos dinámicos de conocimiento y de aprendizaje. Intentemos estar mentalmente preparados para ello. No concibamos ni los espacios ni los tiempos periodísticos como compartimentos estancos, parados y cerrados. No lo son. Hemos de crecer entre todos, en sociedad.
Personas y códigos: lenguajes gestuales y verbales
Todo en comunicación nos ofrece una lectura. Tengamos en cuenta que es así. Por lo tanto, utilicemos bien los códigos y los lenguajes, en función, por supuesto, de los medios, de los diversos espacios, de los formatos y de los soportes. Los lenguajes orales y gestuales y toda la ciencia de la kinesia y la proxémica han de ser instrumentos de comunicación bien utilizados, y para ello debemos conocer y exprimir bien sus posibilidades. Ganaremos con esa visión, expresamente cuando nos referimos a cuestiones sobre el medio ambiente.
Adelante
El consejo final es que vayamos siempre hacia delante con valentía y sin precipitaciones. Merece la pena hacer cada día una buena labor, en la medida que podamos, con voluntad, con las mejores intenciones. La recompensa en la tarea de servicio público a la ciudadanía será, sin duda, extraordinaria.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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