Planteemos y plasmemos lo que somos y lo que pretendemos sin demoras que no nos sirven para nada. Conjuntemos experiencias y saquemos provecho a todas ellas. Merece la pena. Vivimos buscando las independencias que nos reconocen con unos gustos que podrían ser extremos. Persigamos esos puntos intermedios que nos han de ubicar en los puntos más gratificantes. Nos hemos de poner entre claridades que nos deben contar las raíces con sus baños de aguas moderadas en sus temperaturas. Tengamos prudencia y paciencia para que la tranquilidad reine. Nos debemos aconsejar unas posibilidades que hemos de instalar en las causas más lindas. Multipliquemos las estimaciones para dar con los instantes menos fugaces. Vivimos. Vivamos también.
Hemos de considerar lo que ocurre con una amistad que debemos procurar con alojos de pensamientos en el puro vacío. No presentemos consideraciones extrañas. Hemos de abundar desde el inicio de cada proceso en las posiciones sin plazos. Nos remitimos a nosotros mismos a estados de secuenciados sosiegos que no piensan en ese segundo fantástico de una ayuda tras otra. Nos sentimos consternados por las ansias que no se plasman en una cierta tranquilidad. Nos debemos consolar con el cambio de tercios. Pensemos.
Las consideraciones nos ofuscan. Nos complacería dar con las voluntades que antes nos dijeron que todo iría bien. Seguramente nos faltó convicción. Hemos de recuperar los encantos cruciales con fuerzas y con velocidades adecuadas. Repartamos el juego sin más límite que lo aceptable. Nos cruzamos sin dar con las situaciones suficientemente analizadas. No podemos con el todo. Nos hemos de convocar.
Nos expresan afectaciones que son pérdidas en los finales que nos arrebatan las conclusiones más lindas. Reforcemos los estadios que son figuraciones de intermitencias que se mezclan con las astucias que señalan los puntos del aprendizaje en el respeto más abierto. Adoptemos aquellas acciones que nos saquen del hastío y del cansancio que nos quitan las recetas ante los problemas que nos apartan de las direcciones que otras veces tomamos. Nos ponemos en forma para estar preparados ante lo que se pueda necesitar. Se avecina lo bueno.
Echemos ingredientes a la misma salsa de la vida, que nos consulta las partes con sus denominaciones de orígenes que sufren las adicciones con unos panes que nos liberan de todos los males que son en las noches más cortas. Nos preparamos para superar los elementos que podrían ser contrarios. Nos llevamos bien las cuentas. Conducimos nuestras existencias estupendamente contando lo que hemos conocido y compartiendo las docencias que suponen un sustento y unos platos de sabiduría variopinta. Oímos lo que nos cuentan, y hasta empezamos a analizarlo. También contamos. La existencia es un compendio de independencias y de narraciones. Prediquemos con la voluntad de dejar constancia de los beneficios del aprendizaje. Puede ser un buen punto de comienzo diario.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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