jueves, 14 de marzo de 2013

"OJOS DE HIELO", DE CAROLINA SOLÉ

Una insólita pareja de investigadores irrumpe en el panorama "negro español"

La abogada Kate Salas y el sargento JB Silva deberán plantar cara a su pasado para resolver un misterioso asesinato en medio del Pirineo catalán. Una novela negra en estado puro pero con un toque muy personal.





Carolina Solé entra de lleno en el género negro con Ojos de hielo, su primera novela. Los dos personajes protagonistas, la abogada Kate Salas y el sargento JB Silva, irán seduciendo y atrapando al lector a medida que investigan la violenta muerte del terrateniente más importante de la Cerdanya. Ambos personajes -que han llegado al panorama "negro" español para quedarse- deberán luchar contra su pasado si quieren resolver con éxito este misterioso caso.

El toque tan personal de Carolina Solé y la ambientación rural de Ojos de hielodan a esta novela un carácter muy personal, y la alejan de los thriller puramente urbanos a los que estamos más acostumbrados. Un arranque muy potente y capítulos cortos que le dan mucho ritmo al relato son el resto de ingredientes que hacen de Ojos de hielo una auténtica revelación en el género negro.


DOSSIER DE PRENSA


CAROLINA SOLÉ
La autora
Carolina Solé nació en Sabadell (1966), donde vive con su marido y sus dos hijas. Estudió Económicas, pero lo dejó en el segundo curso cuando recibió una pequeña herencia de su abuela materna y decidió montar un negocio de confección. Había aprendido patronaje y diseño durante la carrera. A su padre le encantó la iniciativa, pero su madre estuvo a punto de matarla por dejar los estudios. Trabajó duramente durante 20 años mientras leía desordenadamente  todo tipo de libros.
En 2008, tras la muerte de su padre, por problemas de salud y apoyada por su esposo, decidió vender la empresa. Le fue bien. No podía estar inactiva y se apuntó a un curso de mercadotecnia en ESADE, mientras por dentro le bullía un montón de historias. Pensó que si seguía con el marketing acabaría en una multinacional y volvería a las andadas con jornadas interminables. ¿Qué hago ahora?, se preguntó. “Había plantado árboles, había tenido hijos, así que me faltaba escribir un libro”. Y empezó a escribir. Se impuso una disciplina horaria y en seis meses ya tenía una novela histórica. Sus amigas la leyeron y les gustó, pero fueron tajantes: le faltaba oficio. Le recomendaron que fuera a la Escuela de Escritura del Ateneo de Barcelona y se apuntó. Se divirtió mucho, sufrió mucho y aprendió.
Empezó a escribir de nuevo, con todo el apoyo de su tribu, como ella denomina a un grupo de amigos y colaboradores desinteresados que la asesoran y que son sus primeros lectores y críticos, como lo son también las chicas  de Letras & Carmín, su club de lectura que se reúne una vez al mes para hablar de libros ante una mesa bien surtida. Explica que tarda tanto en escribir como en corregir y verificar.
Ojos de hielo es su primera y fascinante novela.Cuando Carolina Solé supo que a iba ser publicada se pasó media hora llorando (de felicidad). Ya está escribiendo su segunda parte.
OJOS DE HIELO
La novela
Una insólita pareja de investigadores irrumpe en el panorama ‘negro’ español
La ambiciosa y competente abogada Kate Salas y el sargento J. B. Silva, de oscuro pasado, condenados a resolver juntos el extraño asesinato del más importante empresario rural de la Cerdanya. Ojos de hielo, la primera y sorprendente novela de Carolina Solé, nos transporta al valle más grande de los Pirineos, donde, en un ambiente opresivo que rechaza todo lo foráneo, se lucha a muerte por la posesión de las tierras y donde tres sagas familiares lo controlan todo.
Salas y Silva han venido para quedarse. Carolina Solé ya está escribiendo la segunda novela de esta serie en la que el paisaje de la Cerdanya y las historias de una familias, unas gentes y unas costumbres se mezclan con lo más negro.
El poderoso empresario Jaime Bernat aparece muerto en su finca de Santa Eugènia, colindante con la de Dana Prats, la veterinaria de la zona. A Bernat le han vaciado los ojos, le falta un dedo y un coche le ha pasado por encima. La comisaria de Puigcerdà, Magda Arderiu, encarga el caso al sargento J. B. Silva, que ha sido destinado al valle hace poco, y le coloca como ayudante al agente Arnau Desclòs, hijo y hermano de jueces, de una familia bien de toda la vida, que rechaza a Silva ya que lo considera un quinqui de los bajos fondos de Barcelona.
Un vecino denuncia que, en la tarde de la muerte de Bernat, le vieron discutiendo con Dana Prats y que casi llegaron a las manos. Inmediatamente las sospechas recaen en la veterinaria. Además, todos saben en el valle que los Bernat y las Prats mantienen un litigio por las tierras de Santa Eugènia desde que el abuelo de Dana compró una parte y que el principal objetivo de Jaime Bernat era hacerse con ella.
La situación de Dana Prats es desesperada. Desde que su abuela, una mujer fuerte como un roble y muy decidida, murió hace 11 meses, la finca va a la deriva. Tiene deudas con el banco, no puede pagar las cuotas de la hipoteca y está a punto de vender su yeguada árabe, la que tanto esplendor ha dado a la escuela de hípica que montó la viuda Prats. Se siente sola en el mundo, desprotegida, y llama a su amiga de toda la vida, Kate Salas, que no duda en correr en su ayuda.
Kate Salas también es del valle, pero para huir de su familia y de dramáticos recuerdos del pasadose marchó a Barcelona a estudiar Derecho. Trabaja en el importante bufete de abogados M & M de la ciudad Condal y acaba de ser nombrada socia. Por fin está en la planta noble, la octava, algo que deseaba más que nada en el mundo y por lo que ha luchado sin tregua durante cinco años, sin vacaciones, sin fines de semana, sin vida propia. Tiene entre manos, además, un caso importante, defender al corrupto hermano de su jefe, acusado de desagradables trapicheos financieros.
Dana y Kate son amigas desde pequeñas. Ambas perdieron a sus madres de niñas y crecieron juntas, Kate con su abuelo y hermanos, y Dana, con su abuela. Desde el colegio, Kate la defendió, Dana era la más frágil. Estudiaron juntas, viajaron juntas, pero la abogada se fue a Barcelona y Dana se quedó en Santa Eugènia.
Kate siente el desasosiego de siempre cuando está en el valle. La discreción y la privacidad no allí existen, todo el mundo lo conoce todo de todo el mundo. Sus hermanos quieren que sea ella la que organice la fiesta del 75 cumpleaños del abuelo, el ex comisario Miguel Salas, que fue comisario del valle durante veinte años. Las relaciones con su abuelo son tensas; a él le gustaría que no defendiera a delincuentes, que se casara y formara una familia. Ella no soporta que la haga sentir culpable, que la controle y no le perdona que le ocultara la turbia historia de su padre.
Entre los problemas de Dana, los líos con su familia y su trabajo en el bufete, la abogada está que salta. “Es que nadie en esta familia sabe quién soy, de la importancia de mi trabajo?”, se desespera. El abuelo es un mandamás acostumbrado a salirse con la suya.Por si fuera poco, Kate ha contratado a un técnico andorrano para modificar los registros fraudulentos del hermano de su jefe en un banco de Andorra que, con sus informalidades, la lleva por la calle de la amargura.
La abogada está convencida de que Santi Bernat es el asesino de su padre, Jaime Bernat, y que el sargento Silva lleva mal la investigación. Su primer encuentro es como un choque de trenes, pero entre ellos salta alguna chispa.
Las cosas se tranquilizan un poco cuando llega a la comisaría de Puigcerdà el informe de la autopsia: Jaime Bernatfalleció a causa de un fallo cardiorrespiratorio. Muerte natural, concluye la comisaria Arderiu, con prisas para cerrar el caso. Pero la calma dura poco: el informe toxicológico es concluyente. Bernat murió envenenado. Y hay indicios de que el hijo, Santi Bernat, tuvo algo que ver, pero tiene una coartada para la tarde del asesinato de su padre en Llívia. Dana Prats sabe que no es cierto y Kate Salas cree a su amiga.
La abogada se enfrenta con el agente Silva. Hay algo oscuro en los Bernat. Son arrogantes y su mirada es glacial, sus ojos grises fríos como el hielo, inquietan a todo el mundo. Jaime Bernat era uno de los prohombres del Consejo Regulador de la Cerdaña (CRC), un organismo que defiende la propiedad de las tierras del valle para que éstas permanezcan en manos de los autóctonos y alejarlas así de los especuladores. Desde su sillón, Jaime Bernathacía y deshacía.Pero Dana Prats y otros vecinos conocen sus tejemanejes: saben que algunas de las tierras que arrienda no están a su nombre, sino al de una tía suya.Pero ir contra los Bernat es casi un sacrilegio en el valle.
Las pruebas contra Dana Prats se acumulan. Aparece el bastón que llevaba Jaime Bernatel día de su muerte con sus huellas. En medio de momentos de gran tensión, Dana sufre un accidente. Al parecer, su vehículo se estrelló contra otro conducido por un ciudadano francés de más de 90 años. Mueren los dos ocupantes y Dana es ingresada en el hospital de Puigcerdà. Ha sufrido un traumatismo craneal y ha perdido la visión. El atestado indica que fue Dana la responsable del accidente.Kate se siente una vez más responsable y sabe que fue suya la última llamada que recibió Dana en su móvil cuando estaba conduciendo.
Convencida de que Santi Bernat es el culpable, va a por todas y se pone a investigar por su cuenta para desesperación del sargento Silva. Porque cuando Dana emprende algo, no se rinde jamás. Toca todas las teclas, utiliza todos sus contactos, visita incluso al párroco de Puigcerdà, recupera viejos documentos y… al final se da cuenta de que necesita al sargento.
Resuelven el caso. Nada era lo que aparentaba. ¿Quién iba a creer en el valle que un psicópata andaba suelto, un asesino de apellido Bernat?
Kate facilita que Silva salga airoso del complicado caso y el sargento llega a la conclusión de que esa letrada insoportable, con pocas tetas, demasiada mala leche y un buen detrás, puede ser un” buen colega”.
Los volveremos a encontrar, a leer.
OJOS DE HIELO
DramatisPersonae
Kate Salas
Es ambiciosa, competente, resolutiva y no se rinde jamás. Nació en la Cerdanya, donde todos la conocen como Catalina Salas, pero se fue a vivir a Barcelona porque no soportaba el recuerdo de la muerte de su padre ni la presión de la familia disconforme con su vida independiente. Es abogada, trabaja en un importante bufete, en el que lleva la cartera de clientes más valorada, tiene un estupendo ático en la calle Entença y va al gimnasio a diario. Tiene el pelo ondulado, pero hace las mil y una para que parezca liso… hasta que todo se desmadra y ya no le importa nada su aspecto. Calza tacones de vértigo y siempre lleva en la mano su inseparable BlackBerry plateada. Pertenece a la saga de los Salas. En el valle se rumorea sobre “su amistad” con la veterinaria Dana Prats, pero en realidad le gustan los tipos duros.
J. B. Silva
Juan Bruno Silva es un sargento de policía destinado a la comisaría de Puigcerdà. A los 9 años, cuando murió su padre, el inspector León Silva, se enteró de que era hijo adoptado. Trabajó  9 años en estupefacientes. Cuando murió su colega Jamal en un desgraciado incidente con delincuentes, su mundo se hundió. Demasiado alcohol y broncas, llegó a partirle la cara a un compañero y fue suspendido. Su comisario pacta enviarlo al valle para que empiece de nuevo, y es que siempre había sido un policía excelente. Alquila una antiguo granero en Mosoll, en la parte baja instala un taller para restaurar y reparar motos OSSA, sus preferidas y su gran pasatiempo, y en el altillo está la vivienda. Su anciana madre, al cuidado de una vecina, ya casi no le reconoce y se ve obligado a ingresarla en un geriátrico atendido por religiosas, lo que le produce un profundo sentimiento de culpa, además de tener serios problemas para costearlo.
JB es unos centímetros más bajo que Kate Salas y gran amigo de su hermano Miguel, al que conoció en la academia de policía. Come compulsivamente caramelos Solano de menta y los compra por kilos. Es moreno, de piel oscura y sus ojos son de un azul poco común. Lleva un tatuaje en el cuello. Parece un delincuente rehabilitado, según Kate, y es tan tozudo como ella.
Familia Bernat
Atesora una de las mayores fortunas del valle de la Cerdanya. Se caracterizan por su arrogancia, por sus ojos de un extraño color gris y por su mirada glacial. Las tierras de Santa Eugènia, sus preferidas, estaban divididas en dos partes. Una era propiedad del abuelo Bernat, ya fallecido, y la otra, según cuentan, se la arrebató un hombre de Barcelona, un Prats, en una partida de cartas.
Jaime Bernat aparece muerto en la era de Santa Eugènia, colindante con la finca de Dana Prats. Jaime siempre luchó por comprarles a los Prats esa parte, pero ellos se negaron y para echarlos comete todo tipo de tropelías, secundado por su hijo Santi. La finca Bernat no está en realidad a nombre de Jaime sino de su hermana María Antonia, que se fue del valle hace muchos años en extrañas circunstancias. La mujer de Jaime Bernat y su hija, Inés, les abandonaron y también se fueron del valle.
Santi Bernat,  el hijo de Jaime Bernat, es un hombre corpulento. Lleva barba para ocultar un antiguo acné y mira a los foráneos con la suficiencia de las gentes del valle. Es uno de los sospechosos del asesinato de su padre. Intenta desesperadamente arreglar los papeles para poder heredar. Inés Bernat, su hermana, está casada con un cirujano extranjero que trabaja en el hospital Clínico de Barcelona.
Dana Prats
Es veterinaria, la última de los Prats. Su abuela murió hace casi un año y ella está desesperada entre deudas, hipotecas y el acoso de los Bernat. Es depresiva y le cuesta vivir sola. Su amiga desde la niñez, Kate Salas, la ha protegido siempre y ahora vuelve a hacerlo de nuevo. Es la principal sospechosa del asesinato de Jaime Bernat. Dana sufre un terrible accidente y pierde la visión. El origen de su propiedad en Santa Eugènia se ha convertido en leyenda. Según unos, su abuelo, un importante empresario y abogado barcelonés, se enamoró de una joven de la Cerdanya, su abuela, y se instaló en el valle. Según los Bernat, la ganó las tierras al abuelo Bernaten una partida de cartas
Familia Salas
El abuelo de Kate Salas, Miguel Salas Santalucía, ha sido comisario del valle durante 20 años. Es uno de los prohombres del valle, tiene muchos contactos, prestigio y, a sus 75 años, aún manda mucho. Tiene tres nietos, además de Kate, su hermanos Miguel y Tato. Miguel es guardia forestal, un hombre tranquilo y despreocupado, el favorito del abuelo. Tato es carpintero y ebanista. Cuando tenía 17 años tuvo una hija, Nina, con Martina Moix. Nunca se casaron y, ahora, Nina quiere vivir con su padre, lo que provoca encendidas discusiones con la madre.
Hay un oscuro misterio en la vida de los tres nietos: la muerte de su padre. El abuelo les ocultó que era un jugador empedernido y que los dejó sin herencia. Murió en un oscuro accidente de coche. ¿Se suicidó? ¿Le mataron? Kate no perdona que el abuelo lo hubiera mantenido en secreto.
Arnau Desclòs
Agente de policía, es hijo y hermano de jueces. Lleva más de 30 años en el cuerpo y no tolera la incorporación del agente Silva, encargado del caso Bernat.  Su olor personal  es insoportable y además de machista, es arrogante y xenófobo. Le gustan los uniformes y se siente orgulloso de haber escalado posiciones en el cuerpo sin pasar oposiciones, como su padre y su hermano. Está convencido de que habrá un antes y un después en su carrera tras el caso Bernat. Mantiene una actitud servil con Santi Bernat y hace todo lo posible por dificultar la investigación que puede implicarle.  
Magda Arderiu
Es la comisaria de Puigcerdà en funciones, aunque el sargento Silva descubre que sólo tiene el grado de inspectora. Le gusta pavonearse de sus galones, salir en los papeles y lucir modelitos. El asesinato de Jaime Bernat le proporciona un protagonismo inesperado y sueña con ocupar una silla en el Consejo Regulador de la Cerdanya. Quiere cerrar el caso a toda prisa para quedar en el mejor lugar. Reconoce que el agente Silva es un buen profesional y le encarga la investigación del caso Bernat, aunque le molesta su indisciplina.
Padre Anselmo
Rector de Puigcerdà y único amigo de Jaime Bernat. Sabe mucho del pasado de la familia, sobre todo en lo que se refiere a María Antonia Bernat y le facilitará a Kate Salas las claves precisas para resolver el caso.
OJOS DE HIELO
¿Estamos ante una novela de género
o un novelón costumbrista en clave negra?

Lo que sí es cierto es que estamos ante una primera novela cuyo tándem protagonista funciona tan bien que realmente ha podido nacer con vocación de futuro, como lo hicieron en su día los personajes de Lorenzo Silva, el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro. Una curiosidad: Carolina Solé es tan fan de Lorenzo Silva que ha bautizado con este apellido a su policía, como lo hizo en su día un fan de Manolo Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri, al crear a su famoso comisario Montalbano.

Por muchas razones creemos que este tándem Kate Salas/JB Silva puede iniciar una serie de libros de género pero con toque personal.

"Ojos de hielo" tiene todos los ingredientes para atraparnos: unos personajes muy bien trabados, que van seduciendo al lector y despertando su interés  con mucho  ritmo (destacamos los capítulos cortos, que aportan gran dinamismo a la historia), una ambientación rural, que la aleja de los thriller puramente urbanos a los que estamos más acostumbrados y dos perfectos y rotundos personajes en el rol investigador: la abogada Kate Salas y el sargento Silva.

A todas luces Carolina Solé demuestra dominio y pericia literaria en la escritura, y sorprende la madurez constructiva, la evolución creciente en el clímax y la solidez de los diálogos.

Con un arranque muy potente, en el libro no sólo importan los hechos orientados a seguir el caso, cuyo desarrollo se complica con giros y hallazgos propios del género, sino que también las tramas secundarias, sobre los aspectos personales de los protagonistas, que cobran un importante papel en la construcción de un puzle muy bien entrelazado. La trama es muy elaborada, y funciona en zigzag.

En “Ojos de hielo” hay un marco geográfico prolijo en detalles comarcales pero tiene un sentido universal, transciende el lugar: podría ser perfectamente un condado de Connecticut. Hay mucha delimitación de una comarca, no por real menos imaginaria para los lectores de otras partes.

El sentido de puzle, de piezas que van casando y montándose, la convierte en una novela ambiciosa. Incluso el tándem Salas-Silva está construido como en paralelo a la intriga, y sus dos vidas se van enriqueciendo, se van nutriendo de circunstancias hasta confluir en el caso que los une y que presagia una posible serie a futuro.

Es decir, es un tándem que parece hecho con la voluntad y la ambición de que generen más y más casos y novelas.

La estructura de capítulos cortos le da a la novela una permanente ruptura que favorece la pluralidad de opciones en la intriga. La trama, además, crece paulatinamente y se hace totalmente absorbente.

Carolina Solé muestra, con esta su primera novela, una sorprendente madurez narrativa, porque parece demostrar un gran oficio. No sólo para construir un marco y unos personajes atrapados en una red y un misterio, sino para aportar una solidez poco convencional a todos los diálogos.



Carolina Solé: LA ENTREVISTA “He querido escribir un novelón rural de sagas familiares en clave negra”
¿Por qué eligió el valle de la Cerdanya para desarrollar su historia?
Porque me gusta mucho y lo conozco. Tenemos una casa allí y vamos en vacaciones y los fines de semana. Me entusiasman los atardeceres de otoño, con ese cielo tan rojo, y los inviernos con tanta nieve. Es el valle más grande de los Pirineos, el 40% es francés y el resto catalán. Cuando llegas por la noche, es como un pozo negro lleno de luces.
¿Una novela negra de ambiente rural?
No es sólo una novela negra. Tiene los ingredientes del género, pero yo quería escribir una especie de novelón, con familias y personas a las que les pasan muchas cosas. Diría que es mitad y mitad. Las novelas tienen la magia de la desconexión, pero también tienen elementos que te anclan en la realidad. Por ejemplo, el usode los móviles. Como Kate Salas, yo también soy una fan de la BlackBerry. He querido escribir un novelón rural de sagas familiares en clave negra.
Los personajes andan continuamente de un pueblo a otro. Puigcerdà, Bellver, La Seu, Pi, Alp, Mosoll, Das, incluso pasan cosas en el túnel del Cadí… Por cierto, ¿existe Santa Eugènia, donde los Bernat pelean por la tierra de los Prats?
¡Claro que existe!  Es un pueblo pequeñísimo, sólo hay 10 casas, y tiene una torre torcida, un poco como la de Pisa (¡ja, ja!). Hay muchos escenarios en la novela, pero es que la vida en la Cerdanya es así. Vivimos moviéndonos de un lado al otro y los jóvenes también lo hacen. Uno trabaja en un sitio y vive en otro, o te  desplazas de un pueblo a otro para comprar cualquier cosa… Los escenarios, tanto en la realidad como en  mi ficción, están muy interrelacionados.
Kate Salas y J. B. Silva, la abogada y el sargento, vaya pareja más explosiva.
Los dos son tozudos. Ella es muy lista, lo sabe y se lo cree. Él, no tanto. Kate es superestupenda, meticulosa, lo vigila todo, lo controla todo. Se parece más a su abuelo de lo que ella cree.
Y a usted, ¿se parece?
¡Nooo!Aunque yo también soy resolutiva. Cuando hay que solucionar algo lo hago cuanto antes. Y tengo una BlackBerry, que me parece un gran invento y a la que también soy un poco adicta.  Kate divide su energía entre su despacho en el bufete de abogados de Barcelona, con un caso complicado, y los problemas de Dana Prats en el valle.El sargento Silva se hace policía por su padre. Es un trabajo que no ha elegido en un lugar que tampoco ha elegido. A él lo que de verdad le apasione es restaurar viejas  motos OSSA.
Kate siempre va un paso por delante de Silva.
Ella está acostumbrada a solucionar problemas como sea y él tiene que seguir las normas de la policía, que Kate se salta a la torera.
Los métodos de Kate no son siempre ortodoxos, tanto en el bufete como en la investigación del asesinato de Jaime Bernat.
Son los métodos que ha aprendido en el bufete. La ambición forma parte de la condición humana, pero hay una ambición muy legítima: la del trabajo bien hecho, la de intentar hacerse cargo de todo. Es la ambición de Kate.
Kate está muy orgullosa de haber llegado a la planta noble del despacho, pero en determinado momento su trabajo en el bufete deja de ser prioritario.
Siempre ha protegido a Dana Prats, pero cuando la veterinaria sufre el accidente tiene un momento de lucidez. Daría lo que fuera por salvar a su amiga, incluso reza a un Dios en el que nunca ha creído. Además, se siente culpable porque sabe que ha podido causar el accidente de Dana al llamar al móvil de Dana cuando esta estaba conduciendo. Luego borra la llamada. Kate tampoco juega demasiado limpio.
La amistad entre Kate y Dana tiene unos altibajos terribles. Es complicada.
Eran muy íntimas de pequeñas y a Dana le gustaría volver a aquellos tiempos cuando siempre estaban juntas. En algún momento incluso se ha sentido enamorada de Kate, pero ésta sabe que las cosas han cambiado. Dana se quedó en el valle y ella se fue a Barcelona, pero Kate es muy mandona e incide en la vida de su amiga sin darle apenas opción.
Muchos de sus personajes tienen un pasado complejo y doloroso.
Es uno de losleitmotiv de la novela. La influencia del pasado  siempre está presente. Todos llevamos una mochila a cuestas (y en ocasiones cargada con piedras). Algunos descargan peso por el camino, otros ya no llevan ningún peso (como el hermano de Kate, Miguel) y otros tantos, como a la propia abogada o al sargento Silva, lo siguen llevando.
Los lectores se dan cuenta de que Dana Prats, la principal sospechosa, no es tan culpable como parece. En cambio, Santi Bernat, el hijo del asesinado Jaime Bernat, da muchas pistas para que pensemos que es el asesino.
Es que desde el principio Santi Bernatestá convencido de que él ha matado a su padre, cree que es el asesino, porque él presenció su discusión con Dana Prats, e hizo cosas reprochables pensando que lo remataba. En realidad, él no es como su padre, piensa en otras posibilidades, en otras opciones de vida....
A lo largo de la novela hay un relato paralelo, escrito en cursiva, en las que vemos las penurias de un chiquillo que no sabemos quién es. Empieza en 1972 y acaba en 2011, año en que se desarrolla la novela.
El responsable de la muerte de Jaime Bernat es un psicópata asesino, pero yo necesitaba justificar por qué actúan como actúan este tipo de personas. Para mí es muy difícil pensar que hay personas malas de verdad, ya sé que las hay y me lo repiten continuamente, pero me cuesta aceptarlo, me parece deprimente. Por eso escribí ese relato de corrido, para explicar la vida terrible que ha tenido esa persona, lo que le impulsa a planear su venganza.
Ese Consejo Regulador de la Cerdanya, que aparece en la novela, es un poco discutible. Sus miembros defienden las tierras del valle pero sus negocios no parecen claros.
No existe ese consejo, me lo he inventado, pero estoy segura de que hay un lobby de propietarios, al que no le gustan los foráneos aunque se hayan hecho ricos gracias a ellos.
¿Cree que su novela gustará en la Cerdanya?
¡Uff! Estoy convencida de que nada que venga de fuera les gusta. Si la aprecian estaré muy contenta...
La novela acaba con el caso resuelto y con Dana Prats en el hospital. No sabemos qué les depara el futuro a todos ellos. ¿Volverán a encontrarse Kate y Silva? ¿Habrá una continuación?
Bueeeno, depende de cómo vaya Ojos de hielo.
¿Seguro?
Bueno… He empezado a escribir la siguiente novela. El agente Silva ya estará más asentado en el valle; Dana sufrirá a varias operaciones para recuperar la visión y Kate Salas… seguirá siendo Kate Salas

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