El día es nuestro
a pesar de las dificultades,
pese a los que nos dicen otros,
que no creen en ti, ni en mí,
aunque afirman lo contrario.
Estamos en un juego extraño
en el que hemos de dejar atrás
a los meros acompañantes.
La pasividad no nos sirve,
y jamás debe ser un lastre.
El día es nuestro,
y lo comienzo claramente
con un te quiero.
Juan T.
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