Nos volcamos
en experiencias recurrentes.
Modulamos la vida
con un amor
que nos halaga y regala felicidad.
Nos introducimos
en ese ciclo que comprende
voluntades y anhelos
de pura libertad.
Tomamos el sol,
que nos reconforta con ese calor
que nos propone bríos
y autonomías silentes
con las que viajar.
El amor rompe las fronteras.
Juan T.
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