viernes, 21 de febrero de 2014

Existencia divina

Nos debemos atender
con requisitos que nos dejen
donde la emoción
es ideal e idealista.

Calculemos las formas y fortunas
que nos transportan donde la emoción
es todo y nada, una pura realidad.

Invitemos al corazón
a ser con lealtad,
procurando que las ganas
de vivir se manifiesten
con cordura y salubridad.

Nos arreglamos desde el afán
de ser en la eternidad
de la existencia divina,
que nos aguarda.

Juan T.

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