Hay razones
para amar, para sentir,
para avanzar
por vericuetos consolidados
que nos construirán
como personas
seguramente porque están donde tienen
todo el sentido del mundo.
Nos introducimos en la mejor realidad.
Somos a través de todo
lo que aparece con una razón
que puede dividirse en dos.
Nos asomamos a ese campo
quie nos enseña
con una gracia
cargada de eternidad.
Dibujamos las caricias,
que nos promueven
hacia el inicio de lo más grato.
Nos queremos,
y eso debería bastar
para ser felices.
Lo somos.
Juan T.
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