Debemos darnos
un nuevo beso,
uno de esos que sabe
a la gloria del entendimiento.
Nos sabremos a punto
para ese amor
que siempre nos consuela,
que nos potencia,
que nos califica como personas nuevas.
Nos hemos preparado
para ese ósculo
que nos universaliza.
Ahora nos lo damos:
Seremos felices
sin consideraciones ni rodeos.
¡Vamos!
Juan T.
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