Pidamos amor,
y démoslo,
y sigamos con él adelante,
y situemos todo lo bueno
en ese frontispicio
que nos alimenta
con gratitud.
No vacilemos.
Solicitemos deseo
y proyectemos mejorías
con actos solidarios.
La vida es desde la admiración
y la estima.
El futuro reside ahí.
Por eso, nos permitiremos ser felices
y estar contentos.
¡Claro que sí!
Juan T.
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