Retocas el deseo
y queda perfecto
para ese nuevo día,
refrescado él,
en el que nos daremos
lo soñado y un poco más.
Aplicas la magia del amor
para mejorar lo anhelable,
y queda nuestra bendita relación,
de la que damos cuenta
entre versiones que nos conducen
a lo ideal,
ya en la fragua del quehacer
que procura la felicidad.
Retocas lo que faltaba,
y surgimos nosotros.
Juan T.
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