La sonrisa
Una sonrisa abre el mundo. El coste, supuestamente económico, nos la supone accesible a todos. Eso sí: necesitamos dedicarle tiempo, mimarla, hacerla sincera, sentida...
Por eso precisa, para su existencia y permanencia, mucha práctica, y por eso decimos que es supuestamente económica. Su garantía es el tiempo, su experimentación, y eso implica dedicarle lo más valioso: nuestra propia vida.
Juan Tomás Frutos.
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