Impliquemos
al amor en los deseos
para que éstos vuelen
como hacen
los sentimientos
voluntariamente alocados.
Nos basaremos
en lo que somos,
que es mucho
gracias a lo espiritual.
Tendamos los puentes
necesarios y explícitos
para convenirnos,
para acercarnos
a las promesas sugerentes
que nos amamantarán
con fines pares.
Impliquemos
todo lo que somos y más
y seguro que hallaremos
respuestas más allá
de las reiteradas preguntas,
que nos tocarán
durante toda la eternidad.
No nos demoremos,
que la alegría espera.
Juan T.
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