Hemos dirigido las miradas hacia sitios complementarios, con simétricas caricias que nos colocarán en mundos paralelos que ya se tocan.
Hemos aprendido a estar, a vivir, a compartir que es lo mismo que conciliar espacios y felicidad. Nos regalamos dulzura.
Hemos apañado los instantes rotos y nos dejamos llevar por estelas de compromisos sencillos como la existencia misma, que nos brinda muchas oportunidades.
Nos quedamos en el punto del principio. Sabemos que nos veremos pronto, y eso nos reconforta. Construimos el amor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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