No hay error
cuando hay o ha habido amor.
No hay nada malo
en entender de otro modo,
en cambiar para mejorar,
en pedir perdón y seguir.
Lo humano,
lo verdaderamente querido,
solo precisa ansía de superación
y una primigenia buena intención.
Hay equívocos, pero no errores.
Las rosas pinchan a veces
y eso no quita que las disfrutemos
por su presencia y aroma.
En realidad, los hay (errores)
cuando los queremos ver.
La elección ha de ser el futuro.
Es la sensación.
Debe.
Juan T.
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