Viajemos en el tren de las emociones con una voluntad firme de solución y de mejoría con una salvedad que serán dos.
Hemos de aventurarnos con reglas que nos consultarán con versiones limpias. Nos asaltamos con reservas que nos dirigen hacia la cima singular.
Hemos sido, y todo será recurrentemente con una norma de empeño supremo. Nos daremos elevaciones que servirán para tocar la señal de un cielo que nos permitirá crecer en paz.
Nos iremos de nuevo, otra vez, no para siempre, y nos diremos que la base superará a la altura por una norma casi matemática.
Nos escudaremos en los corazones que compartimos, que crecen en libertad. Todos los síntomas nos llevan a la dicha de un cariño excelente. No se puede pedir más.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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