Pretendamos noticias óptimas.
Cambiemos el mundo
con
una promesa cumplida.
No
es un fruto de una obligación
sino
de un deseo de llegar
con
luz propia a los parajes
más
interesantes, a los bellos,
a
los que aportan
una
intensidad suave
en
la plácida existencia.
Mudemos
desde la experiencia
bien
aprovechada,
sin
límites extraños,
procurando
un avance real.
Nos
transformaremos
desde
la afición y la pasión,
con
entretenimiento y ternura.
Nos
hemos de provocar
con
volúmenes regalados
desde
la paciencia.
Impulsemos
las historias
en
las que creemos,
estimulándonos,
mucho,
con
lo positivo, con lo hermoso,
dejando
atrás lo malo.
Hemos
de variar para mejor.
No
terminemos nunca
de
manera tajante:
tomemos
caminos poco a poco,
sin
prisa, pero sin pausa.
No
vivamos en una inflación
corrosiva
y permanente.
Crezcamos
sin demora,
sin
miedos, funcionando
para
caminar de verdad,
aportando
soluciones y solvencias
respecto
de lo que nos merece la pena.
Celebremos
que estamos
intentando
que todo vaya maravilloso.
Nos
hemos de emocionar
y,
al tiempo, actuar con inteligencia;
y
así seguir la estela de la felicidad,
que
podemos.
Juan Tomás Frutos.
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