Algún día te diré
lo que te amo,
con cantidades y calidades,
con aristas, con recuerdos,
con lo que fue,
con lo que queda,
con lo óptimo,
con más y más conceptos y elementos,
con referencias y dichas,
con soledades también...
Seré en la libertad
de expresarte a lo grande
mis consideraciones, muchas,
y seguiré por esa estela
que me marcas constantemente.
He aprendido
a esperar, a tolerar,
a ver cuando miro,
a saber estar
incluso perdiendo un poco
el escaso juicio que tengo.
He aplicado remedios
a los tonos
que me resbalan
por doquier, una y otra vez,
sin que sepa
lo que pasa,
pero percibiendo que sucede
algo bueno de verdad.
Puede que algún día
te diga algo parecido
a esto que ahora reseño.
Le pondré nombre, claro,
te lo pondré,
para que tenga así mérito,
y no hablo del mío,
sino del tuyo.
Tú haces que exista
el genuino amor.
Como intuyes,
solo soy un intermediario,
sin más vocación
que el provocar
buenos sentimientos
y la eternidad de la estima,
que será garantía crucial
si estamos juntos.
Al menos lo intentaré.
Algún día te lo diré.
Juan Tomás Frutos.
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