Nos serenamos
con la mirada,
y nos apasionamos
con un beso.
Vamos tomando sorbos
de preferencia y de penitencia
sin que sepamos atajarlos.
Cuando prima el amor
todo viene con sorpresa.
Y, claro, de lo que se trata
es de dejarlo venir.
¡Que no falte!
Juan T.
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