sábado, 13 de abril de 2019

Retorno



La amistad nos conecta


a la paz,


a compartir lo poco y lo mucho


sin mirar paridades.


 


Lo espontáneo y auténtico


tiene futuro.


Lo demás es irrelevante.


Nos sabemos


en la experiencia del cariño.


 


Solo queda el amor.


Nos dejamos encontrar


desde esa perspectiva


en cualquier esquina,


que convertimos en hogar.


Vamos bien.


 


No necesitamos nada más esencial


que a nosotros mismos


en la cosecha abonada y mojada,


en ese orden y en otros más dispersos.


 


Nos hacemos felices


en el afán mayúsculo,


en ése que despierta


cuando todo parece dormido.


 


Nos debemos conducir


con respeto y decoro


para arribar a ese medio plazo


que libera el corazón.


 


Nos emplazamos


en un ansia que propone


comer y seguir


en pos de la libertad


que provoca ocasiones,


que se darán siempre,


aunque no lo parezcan.


 


Los sentimientos nos definen


por existencia o ausencia.


Es fundamental fomentarlos


incluso por la cuestión objetiva


de que provocan bienestar.


 


Lo ideal es que vayamos sin prisa,


lentamente, sin la locura


de coger todo alrededor.


 


La madurez en la fruta


es lo que genera mejor sabor.


Tenerlo presente


es un buen auto-consejo,


como también lo es


el optimismo, la sonrisa,


las habilidades y la generosidad.


 


Lo normal siempre


es que todo retorne.


 


Y va.


 


Juan Tomás Frutos.

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