Nos estructuramos con una paciencia que nos quita y nos pone en el sitio más hermoso. Nos hemos preferido.
Consultamos las pacientes dichas que nos reclaman un poco de más pasión. Hemos de acercarnos a la visión global.
Nos detenemos para estar en el punto más cristalizado, que nos indica el mejor camino. Nos añoramos. Hay mucho espacio.
Controlamos las ternuras de años pasados, que mueven los mejores molinos. Nos aplaudimos. Vamos saliendo.
Los contrastes nos sirven para aplacar los sentimientos y depurarlos hasta dar con toda suerte de emociones que ilusionan. Estamos bien.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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