Ilusionamos
el valor del momento
con un toque maestro
que nos incluye
donde debe ser,
con la adicción de lo más auténtico.
Nos hemos colocado
con raíces profundas
entre caricias que insinúan
que todo puede ser.
Nos hemos llamado.
Ya atendemos
cuanto precisamos.
Las virtudes surten sus efectos
menos nocivos.
Vamos y regresamos.
Juan T.
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