Nos damos mucha ternura. Nos pedimos magia. Nos acercamos al bien. Nos dejamos seguir por las sendas más estimulantes.
Todo nos ocurre en positivo. Nos preferimos. Nos soñamos de nuevo. Hemos colado varios goles al destino, que nos envuelve de elucubraciones. Preferimos.
Los efectos nos retardan. Hemos avanzado mucho. Los pasos son buenos. Nos desbordamos entre pasiones simuladas. Podemos más.
Las cosechas de otras etapas nos corrigen los instantes de afanes diversos. Nos hemos de colocar en los sitios más leales y menos fugaces.
Nos controlaremos con el paso de los sueños y nos dispondremos ante las necesidades más dispares. Abordemos el destino y sigamos por donde debemos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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