Despertamos al nuevo día
con esperanza y deseo,
desde la realidad que compartimos.
Somos fe
ante un destino genuino
que haremos cierto
con voluntad y creencia
en cuanto desarrollamos.
Nos procuramos más capaces
a través del amor,
que recoloca y reconsidera.
Nos esparcimos
por montes y mares
en un acto vital
que rememora lo que soñamos.
Amanece,
besamos la aurora
y nos reconfortamos
ante un inicio potente
que nos dirá todo.
Las respuestas aguardan.
Serán expuestas durante la jornada,
única, dinámica,
con alegría para los dos.
El alba nos distrae
desde la emoción por las opciones
que albergamos,
que nos etiquetarán con la oportunidad
de la dicha casi perfecta.
Nos hemos enamorado.
Lo reconocemos
sin recovecos ni demoras.
Los segundos de esta salida
nos introducen en una era
de manifestaciones y acontecimientos
ilusionantes, ubicados entre entusiasmos
que nos brindarán brillos
y lealtades profundas.
Hemos arribado a nuestro territorio:
ya todo será como pensamos.
Juan Tomás Frutos.
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