sábado, 25 de septiembre de 2021

Sin prisa y con buena intención

Distanciemos lo negativo. Vivamos la bondad y la belleza como puntos de referencia para impulsarnos hasta la felicidad. Tengamos derechos y obligaciones.

No partamos las emociones. Dejemos que se expandan como si no hubiera un mañana y disfrutemos sin miedos ni parangones. Nos debemos mirar con constancia al corazón, y mimarlo, y, sobre todo, desde el respeto, hacerle caso.

No apaguemos las luces. Nos sirven de noche y de día. Corrijamos las actuaciones que nos introducen en veleidades sin fuste. Nos debemos armar de valor. No suspendamos las iniciativas de la genialidad que nos decoran con pasión y paciencia.

No imaginemos más de la cuenta. Experimentemos lo cotidiano sin excesivas alusiones al pasado y al futuro. El regalo más leal está aquí y ahora.

Amansemos ciertos anhelos que, por excesivos, no son puros. Vayamos con paso firme y curioso hacia el altar del contento solidario donde deberemos impresionarnos en positivo. 

Compartamos, generemos confianza y destaquemos las óptimas intenciones como peldaños para la jovialidad que es individual pero que permanece en colectivo.  

Todo está por hacer, pero, por favor, no tengamos prisa. Rocemos.

Juan TOMÁS FRUTOS. 


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