Diseñamos un pronóstico.
No reparamos en si es o no
descabellado o loco.
Lo ponemos en práctica
desde el amor honrado.
Llegamos al punto.
Lo conservamos.
Y luego toca avanzar.
Todo es sencillo y complejo.
No nos importan los obstáculos.
La intención y el objetivo
nos complementan:
toca caminar, mucho,
y llegar.
Eso sí: deleitándonos
por el camino.
Juan T.
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