Sois pureza en un pozo de sabiduría que rezuma buenos propósitos. Aprendemos el uno del otro.
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Nos guardamos de los malos momentos, que nos aligeran el paso hasta llegar a los fines más elocuentes del sistema que deseamos generar.
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Nos llamamos amigos de verdad, y es que lo somos. Nos pasamos de la línea más querida y azucarada y viajamos en una nave azul.
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Evitamos ese incendio que interesa a otros. Nos mantendremos fuertes ante los golpes menos aceptables, y, en todo caso, aprenderemos de la experiencia delgada.
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