Convertimos en vacío lo que fue sentido y gloria. El tren pasó, y lo hizo a un ritmo oportuno. Esa experiencia nos debe servir ahora, que tenemos otra ocasión, quizá la gran oportunidad.
…
Nos leemos en los ojos, tanto que preferimos callar. El nuevo orden de este día nos conduce inexorablemente a la cama de nuestros sueños, y lo que venga después será.
…
Me bendices con una presencia dulce como el melocotón de esa Huerta que huele a tu nombre, a tus bendiciones, a lo que tiene maestría y sentimiento.
…
Me invitas por placer, y con él compartimos los mejores momentos, en los que la cabeza se deja llevar por un corazón de oro, que es el que guardas tú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario