Nace la vida,
sí, que te voy a ver,
aunque no te contemple,
pero te soñaré
mientras camino
a tu casa,
que no será la mía.
Viviré en la ilusión,
puede que en el engaño,
pero me diré,
una vez más,
que no aceptaré
ni el cansancio ni el susto
de una existencia
torpedeada a sí misma
por influjos sin Luna.
Hoy voy con entusiasmo.
No me faltarán
tus caricias,
que incluso veré
en brazos ajenos,
porque, amiga mía,
hoy quiero vivir,
vivir plenamente,
y mañana será otro día.
Nace la vida hoy.
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