Miro con fuerza
en este comienzo
de semana,
ya cansada de antemano,
y veo
que no estás,
pese al deseo
acompañado de temor
y de cierto hastío.
Contemplo
las sensaciones arraigadas
en la noche de los tiempos
que pueden
con señales buenas
que son sinceridades
cargadas de emociones
que podremos subir
con la tonalidad
más gustosa.
Te echo de menos
en el trecho del inicio,
pero créeme que me acostumbro
a entender la grandeza
de la noche
que viene sin ti,
con mi soledad a cuesta.
Pesa mucho.
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