Apareces espontánea,
como tanto me gusta.
No sabes
que te sigo,
o puede que sí.
Algo intuyes.
A menudo me trasladas
esas sensaciones
que los dos portamos
por motivos diversos,
en circunstancias dispares,
pero que confluyen
en ese mismo punto
de almas gemelas,
que decía el poeta,
que ratificó el filófoso.
Nos hemos confabulado
para aprovechar la ocasión,
que sabemos que llegará
en cualquier instante.
No damos más de la cuenta,
ni tampoco menos.
El riesgo es grande,
mas entendemos ciertamente
que hemos de asumirlo.
Suenan esos tambores
que anuncian la gloria
de una noche de pasión
para la cual andamos pugnando
con palabras de siglos.
La esperanza no es
lo último que se pierde:
es lo primero que se tiene
cuando las caídas
han sido tan duras.
Surges espontánea:
sabes que te veo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario